XXV anniversario di sr. Dehab Ghebregzabiher
2 Settembre 2020Hna. Esperanza (Alejandra) Velásquez “…apóstol de gracia y salvación”(CCGG art. 69), mujer humilde y sencilla…hermana menor.
6 Settembre 2020Hna Patricia nació el 2 de noviembre en Cipoletti, provincia de Río Negro (RA). Ingresó al Instituto el 10 de julio de 1954. Primera Profesión: 17 de septiembre de 1957. Votos Perpetuos: 17 de septiembre de 1962.
Vivió su Pascua el 4 de septiembre de 2020
Hija de Juan Bautista Méndez y Esther Crisosto.
Patricia fue una hermana que se caracterizó por su trabajo en las parroquias y la catequesis sea de las escuelas como parroquial. Gozaba de estima en medio de las personas con las cuales realizaba su apostolado. Muchas horas al día le dedicaba a visitar familias y enfermos… La llamaban la “hermana de la bicicleta” porque era su medio de transporte y anduvo en ella hasta que su enfermedad se lo permitió teniendo ya una edad bastante avanzada.
Nuestra Hna. Patricia realizaba una gran labor con la gente y era reconocida y amada por ello. Destacándose por su gran dedicación a la preparación a los sacramentos, como así también enseñando en nuestros colegios lencería y bordado a mano, en lo que se había graduado.
Fue muy asidua a la oración comunitaria y muy devota de la Virgen María, cuyo Rosario desgranaba varias veces al día.
El Instituto tuvo con ella una profunda actitud materna. Conocedora del bien que realizaba en el campo apostólico, buscó para ella los mejores lugares y fraternidades donde pudiese sentirse cómoda y desarrollar el don misionero que Dios le había regalado. Por eso estuvo en los colegios de Sastre, María Juana, Buenos Aires, en la casa de Fisherton y desde hacía más de 10 años en la casa Betania, pero “andando con su bicicleta” mientras pudo.
Si bien siempre fue muy delgadita y parecía muy frágil físicamente, vivió largos años con buena salud, hasta que en el 2013 le encontraron un tumor maligno en el intestino. Fue operada y con un pronóstico reservado acerca de la duración de su vida. Sin embargo vivió 7 años, ya sin poder salir de casa, pero manteniéndose activa y dedicándole más tiempo a la oración. Fue en ese tiempo que Dios le regaló mansedumbre y su fragilidad hacía que se sintiera más necesitada de la cercanía y compañía de las hermanas. Y su enfermedad fue motivo de transformación interior manifestado en su cambio de carácter y su relación fraterna.
En los últimos meses casi no se podía percibir lo que decía, porque su voz se fue apagando y su cuerpo consumiendo. Se alimentaba poco y fue siempre atendida con mucho cariño por el personal de la casa Betania, donde residía.
El COVID19 la sorprendió los últimos días de agosto y estuvo internada unos pocos días porque su físico ya no respondía y así en silencio y soledad partió a la casa del Padre.
Querida hermana Patricia, seguramente estarás, ahora, “recorriendo el cielo con la bicicleta” y te habrás encontrado con Madre Francisca que te acogió como eras, con cada una de las capuchinas que te precedieron y con tu querida familia.
Ruega por nosotras para que seamos con la Madre Francisca: mujeres consagradas, “andariegas del Reino”.
Hna. Gladis Benítez
Superiora Regional